sábado, agosto 20

Venganza

Sus piernas se recogieron en el banco, mientras su anorak la cubría excepto sus pequeñas manos.
La furia se desprendía de sus verdes ojos, mirándoles mientras se reían, y la señalaban.
La decepción tras su traición y aquel estúpido abandono.
La impotencia de pensar que habían estado juntos.
La tristeza de perderle.
Ya no lo notaba.

Cogió una gominola ácida y se la llevó a sus finos, mientras les miraba con una sonrisa de ese mismo sabor. Suerte que llevaba anorak, si no aquella sed de venganza la hubiese congelado en aquel mismo banco. Porque, señores y señoras, la venganza se sirve fría como una noche en el Ártico.

3 comentarios:

  1. Si el frío está dentro le va a srvir de poco el anorak...

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  2. Las venganzas se deben planear, todo tiene que estar calculado milímetro a milímetro. Encontrar el talón de Aquiles para luego regodearse.
    El que ríe último, ríe mejor...

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  3. me encanta sobretodo la palabra anorak. (con k)

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