domingo, septiembre 11

Vega.

Debería estar llorando, mirando por su ventana hacia el espectral universo. Debería. Pero a cada segundo que pasaba, más se ensanchaba su pequeña sonrisa.
Las Constelaciones nunca perdonarían sus errores en el pasado. Es más, los únicos seres en el universo que no olvidaban eran ellas.
Pero a la pequeña y pálida Vega no le importaba el perdón ni la espera. No le importaba el tiempo ni la distancia. No le importaba cualquier cosa que se pudiese medir o contar.
Solo le importaba que cuanto más esperaba, más crecía ese sentimiento, y más crecía su sonrisa.
- Altaïr... ya vengo.
Una vez al año, quizás, era suficiente para ella.



(mañana comienza el curso, espero que os vaya bien a todos. en consecuencia, no podré actualizar tan a menudo. besos)

6 comentarios:

  1. Soy consciente de lo de la fuente...ni yo misma la veo bien pero estoy investigando modelos!
    Suerte en el comienzo de curso!

    ResponderEliminar
  2. Que bonito el texto.. A veces, con poco nos basta <3
    Espero que te vayan bien las clases!

    ResponderEliminar
  3. Deneb debe de estar que se sube por las paredes de celos...
    Los textos sobre estrellas/constelaciones son mi absoluta perdición <3 *____*

    ResponderEliminar
  4. Una belleza de narrativa.
    un placer leerte.

    ResponderEliminar