miércoles, mayo 18

Un camafeo y una katana

A Amy le regaló su madre, en su décimo aniversario, un camafeo con la imagen de ambas. Era su más preciada posesión.
 Y ella misma lo apretaba, ahora, fuertemente, encima de su pecho. La acababan de herir en una pelea, defendiendo su hogar, y le comenzaba a faltar el aire. Solo quedaba un contrincante más, una vieja conocida de una banda rival, que le lanzó una mirada malévola.
-Seguro que tu madre debe de estar orgullosa de ti.
-Y tu eres tan zorra que no lo podrá estar nunca.
Amy sucumbió a la provocación, con su katana en lo alto, aullando. Amy olvidaba, pero sus recuerdos, en el fondo, seguían latiendo.
(en fin, no os metáis con la madre de Amy)

1 comentario:

  1. Te sigo, me llego esta entrada, de verdad que me encanta.

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