Le gustaba sentirla por todo su cuerpo. Cuando era pequeña, al tirarse de los toboganes sin que sus padres la vieran. A los 10 años, rompiendo los frenos a su bicicleta en medio de una bajada. A los 15, saltando de azotea en azotea, llevando cartas sin destinatario.
Para ella, era su droga, y necesitaba sentirla. Por eso, mucha gente la había dejado atrás, diciendo que era una loca. Pero para ella, su vida tenía que ser una locura, o no era vida.
Ya tenía 20 años, repletos cada uno de ellos con adrenalina, del color de la sangre, y llenos de brechas que un día se romperán.
Pero no ahora, mientras pueda ir a 300 por hora en su moto, esquivando a la policía. Ahora, no.
Guaaaa, la foto es bestial (y el texto que le acompaña)
ResponderEliminar*.*
qué bonito el texto! :)
ResponderEliminarme gusta todo, volveré
¡¡Hola!!
ResponderEliminarMenuda foto más CHULA ^^
Bonito texto.
Besos.