Ella había caminado por la ciudad con plena libertad desde que sus piernas la obedecían. Su tía nunca le había puesto ningún impedimento en moverse allá donde quisiera. Siempre y cuando no saliera del límite.
Pero ella sabía que Roma jamás se le terminaría. No se puede llamar a un ciudad Eterna en vano.
(instituto es igual a estrés, estrés everywhere)
Jo. Me en-can-ta. De verdad♥
ResponderEliminarYo creo que allí siempre se descubre algo nuevo, ya sea gente, comida, lugares...
ResponderEliminarGelatos en invierno...y encima de menta?! :)
ResponderEliminarque bonito! me encantaria ir ;)
ResponderEliminarque texto mas bonito. roma es de esas ciudades que son infinitas por donde las mires.
ResponderEliminarwaffles con canela
Precioso el blog, el paisaje y, sobre todo, la reflexión.
ResponderEliminarTe sigo, un abrazo