martes, septiembre 20

Se llamaba Envidia.

Cuándo aún era una renacuaja, y comenzaba a ayudar a mis padres en el hotel, llegó un hombre vestido de verde y con mirada altiva.
Nunca supe su nombre de verdad, pero yo le llamaba Sr.Envidia, y al no le parecía ningún insulto. Paso largos meses en el hall, mirando a la gente, criticándola y quejándose de la necesidad de lo que tenían los demás.
Y me pregunto ¿por que no intentaba hacer algo para conseguirlo? ¿Por qué no se esforzaba, y dejaba ese café aguado suyo?

A veces me sentaba delante de su puerta, escuchándole llorar largas horas en su habitación, antes de dormirse profundamente. La envidia puede ser un lastre para mucha gente, ¿verdad?


7 comentarios:

  1. entrada encantadora (llena de verdad)

    besos de
    canela

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  2. No se me había ocurrido que la envidia llorara...aunque con el trabajo que tiene...

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  3. Coincido con Mandarina. De todas maneras debe frustrarle no tener las cosas que los demás tienen.

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  4. (la envidia es un monstruo verde que se apodera de ti y no te deja vivir. O, al menos, yo siempre lo he mirado de este modo)

    Crêpes
    rellenos de
    Nutella.

    p.D: MIL GRACIAS por hacerme publicidad :}

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  5. la gente que añade Envy a su nombre no puede acabar bien. está podrida por dentro.
    (y normalmente me da igual, pero el sr envidia me da mucha, mucha lástima u.u)

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  6. la envidia mata, y ese hombre estaba muerto

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